A través de la experiencia es posible afirmar que el estudio de una carrera u oficio vinculado a la moda no sólo obedece a una búsqueda formativa o de salida laboral para quien lo escoge, sino que permite fomentar aspectos de la propia personalidad que contribuyen al desarrollo personal y la mejora de la autoestima.
Para Lola Espinosa, directora de La Mariposa de Hilo, esto resulta evidente a partir del desarrollo de habilidades y competencias nuevas o latentes, observables en cada estudiante que ha pertenecido a su academia.
Si bien la investigación en esta área aún es escasa, muchos formadores creativos coinciden en reconocer determinados beneficios durante el proceso de enseñanza-aprendizaje del mismo.
El desarrollo de la creatividad y el estilo personal se ven enriquecidos tanto por el desarrollo de la paciencia y tolerancia a la frustración, como por el incremento del nivel de concentración y la conexión con una tarea que nos requiere abstraernos del mundo externo y de las problemáticas cotidianas: En definitiva, el desarrollo de una labor manual de creación, crea una conexión con nosotros mismos y un mejor manejo del estrés.
Todo ello, en términos generales, permite incrementar el nivel de satisfacción integral en nuestras vidas, ya que podemos trasladar dichos aprendizajes a otros espacios de relación social.
El retomar espacios de estudio, particularmente en el área creativa, a cualquier edad, permite establecer nuevos desafíos al abrirnos a la posibilidad de actualización y a conocer y convivir con nuevas y diferentes personas con lo que se amplían nuestros círculos sociales, permitiéndonos indagar en la posibilidad de cooperación y trabajo conjunto, favoreciendo con ello la asociatividad, el desarrollo de la autoconfianza y la flexibilidad.
Cada vez que incorporamos un nuevo conocimiento a nuestro intelecto, favorecemos el desarrollo de la memoria y plasticidad de nuestro cerebro, lo que nos permite cada vez más, desarrollar habilidades desconocidas o que antes nos habrían resultado impensable realizar, lo que ha permitido demostrar científicamente que favorece el retraso y el desarrollo de enfermedades vinculadas a la pérdida de memoria.
Para poder aprender es necesario tener enfoque, voluntad y disciplina. Por ello, estudiar una labor creativa ayuda a las personas a resolver problemas cotidianos vinculados a su vida personal con mayor facilidad.
El aprendizaje de modas implica así un proceso de construcción activo, donde el protagonista eres tú mism@ y por lo tanto el éxito depende de tu decisión y firmeza en la tarea desempeñada. De esto se desprende, que ya no sólo a nivel intelectual, sino a nivel emocional, no sólo incrementa el desarrollo de la creatividad a través de generar nuevas conexiones neuronales, sino que favorece el desarrollo de habilidades sociales más sofisticadas, como lo son, el desarrollo de la resiliencia, entendida como aquella capacidad que nos permite vivenciar las dificultades propias de la vida, desde un enfoque constructivo que nos lleva a comprender los momentos de dificultad o crisis como una oportunidad de aprendizaje que nos fortalece y nos prepara para transformarnos positivamente.